La caldera destartalada del vapor Bizertin. |
Un poco de historia:
El Bizertin era un vapor francés que venía en lastre (o sea sin carga) de Montevideo a Río de Janeiro y encalló en los bajos rocosos cercanos a la isla de la Tuna, en La Paloma el 28 de noviembre de 1916. Afortunadamente se salvaron todos los tripulantes.
El Bizertin era un vapor francés que venía en lastre (o sea sin carga) de Montevideo a Río de Janeiro y encalló en los bajos rocosos cercanos a la isla de la Tuna, en La Paloma el 28 de noviembre de 1916. Afortunadamente se salvaron todos los tripulantes.
El telégrafo marítimo informaba lo siguiente el día del naufragio:
"- ACCIDENTE MARÍTIMO -
A la una de la tarde el Capitán General de Puertos Cnel. Lyons recibió el siguiente telegrama: "Rocha 28. Sobre restinga isla La Tuna encalló un vapor de nacionalidad francesa, tiene izada bandera a media asta, siendo su situación en extremo peligrosa por hallarse sobre piedras y reinar un fuerte temporal. Un bote del puerto que iba en su auxilio zozobró, logrando tripulantes llegar a vapor encallado [...] Juan J. Pozzolo."
Escrito lo que antecede nos enteramos que el vapor francés es el Bizertin, salido ayer de nuestro puerto en donde estuvo en reparación por más de dos meses.
El Bizertin iba en lastre para Rio de Janeiro. (El Telégrafo Marítimo, Montevideo, 28 de noviembre de 1916.)". (*)
Estado actual:
El Bizertin es comúnmente visitado por buzos por ser al igual que todos los barcos hundidos (pecios), un buen lugar para la pesca submarina. Se encuentra saliendo mar afuera, frente a la boca de la bahía chica de La Paloma y un tanto hacia el lado de la Isla de la Tuna. La profundidad del lugar ronda los 3 a 4 metros y es aconsejable ir solo días de agua transparente y mar calmo para evitar riesgos innecesarios.
Ubicación aproximada del naufragio |
En el fondo se ve el motor a vapor del barco recostado entre rocas, y a unos metros hacia la costa de él, la caldera semi-enterrada en la arena y muy destartalada, pudiendo apreciarse los caños de su interior. Alrededor de estos restos se ven otras piezas de hierro del motor, trozos de mamparos del barco y restos varios inidentificables.
Llaman la atención también las piezas de bronce, cobre o plomo totalmente limpios de algas o mejillones, lo cual se debe a que son tóxicos para la fauna por lo que no sirven de sustrato a ninguna especie. Estos restos están constantemente siendo pulidos por la arena y el oleaje por lo que presentan el brillo que tendrían si fueran nuevos, lo que contrasta con el resto del lugar. Algunos de estos restos de bronce muestran marcas de sierras, producto de los buzos que desguazaron el barco hace ya mucho tiempo. En el lugar abundan los sargos, meros y blenios entre otras especies de peces.
Las máquinas del vapor Bizertin |
Llaman la atención también las piezas de bronce, cobre o plomo totalmente limpios de algas o mejillones, lo cual se debe a que son tóxicos para la fauna por lo que no sirven de sustrato a ninguna especie. Estos restos están constantemente siendo pulidos por la arena y el oleaje por lo que presentan el brillo que tendrían si fueran nuevos, lo que contrasta con el resto del lugar. Algunos de estos restos de bronce muestran marcas de sierras, producto de los buzos que desguazaron el barco hace ya mucho tiempo. En el lugar abundan los sargos, meros y blenios entre otras especies de peces.
Piezas de cobre relucientes en el fondo (aunque parecen estar sueltas es imposible moverlas) |
(*): Todos los datos históricos y la nota del Telégrafo marítimo fueron tomadas del libro "De naufragios y leyendas en las costas de Rocha", Juan Antonio Varese. Editorial Aguilar.